30 de enero de 2010

El miedo (I)

Cuando uno se encuentra en una posición “de poder” con respecto a otro, tiende a cometer un error muy habitual: amenazar. Es la gran arma del autoritarismo: el miedo. La amenaza suele funcionar con los que se encuentran en una situación de debilidad, que pronto ven tambalearse su futuro .

Pero las personas que –como yo- han pisado barrios poco recomendables de Sevilla, Madrid o Casablanca, y se han visto en situaciones en la que había que apretar el culo y tirar palante, saben que la amenaza es un arma de doble filo. Si amenazas y no acojonas al que tienes enfrente, te has ganado un rival que no te va a amenazar, porque no está en disposición de hacerlo. Actúa directamente.

Es la vieja dialéctica entre el autoritarismo y la subversión.

Pero quitémosle hierro al asunto y extrapolemos todo esto a un entorno más normalizado:

Me enseñaron en los cursos de Formación Moral y Militar (FMM), allá por 1952, que las personas autoritarias son más fáciles de convencer que las personas reflexivas. Aunque en principio pueda parecer lo contrario. El autoritario es impetuoso por naturaleza, su argumento es siempre el mismo: “por mis cojones”. De modo que no siente ninguna empatía, no se pone en la situación del otro, no trata de razonar para comprender o convencer. El autoritario cree que no necesita dar explicaciones, por eso tampoco las pide.

Diapositiva del robot fechada en 1952

Sin embargo, el reflexivo ha pensado antes de actuar. Está convencido de su decisión y actúa en consecuencia. Convencerle de lo contrario es complicado. Si le aprietas un poco más de lo debido, salta.

Esto, obviamente, no es una amenaza: es una reflexión. No soy autoritario, pertenezco más bien a la raza de los reflexivos. Y me atrae mucho la subversión. De siempre.



Quinto Parpadeo: Miedo

29 de enero de 2010

La búsqueda (V): Un triunfo a medias

El robot era de alguna forma consciente de los líos en los que se estaba metiendo. Entre sus circuitos oxidados todavía quedaba algún microchip activo. Por eso intentaba tomarse las cosas con más calma, no afrontar con tanta vehemencia sus inquietudes. Pero en lo más profundo de sus módulos de memoria seguía pensando que su destino era buscar a sus iguales dispersos por el mundo, ocultos, inconscientes… Como si algún dios cibernético le hubiera encomendado esa misión desde un más allá plomizo y magnético.

Seguía obsesionado con aquel “Robot Amador” del que había oído hablar en la Sevilla profunda. Y tenía pruebas de su existencia: rastreando todas las frecuencias de radio posibles y todos los recovecos de la web con su nueva y potente unidad Pukot, había encontrado pruebas evidentes de su existencia:

La Paco Ortega connection anuncia la presencia del Robot Amador


En este disco también aparece!!

También en sitios web encontró el robot vestigios de su existencia:

En yahoo.es


En la web www.flamenco-world.com


Pero casi siempre los resultados eran no available, no found:


Aquí morían todos sus esfuerzos. A punto estaba 3003 de arrojar la toalla, de pura desesperación. (Y ya es difícil que un robot se desepere. O se desperece, vaya. Son cosas que los robots no hacen. Y menos los militares). Tampoco se atrevía a mover nada más, por el temor a meter la pata de nuevo, de modo que dejaba pasar los días, pero sin desconectar nunca su antena de cualquier posible pista que le ayudara a continuar con la búsqueda. Y la posible pista llegó.

Un día, escuchando una emisora de radio local, comprendió que el Robot Amador no era ninguna máquina cibernética ni nada parecido. ¡Es una canción! Y se produjo lo que el Teniente psicólogo Martínez había previsto en su último informe: el robot pasó de la euforia por su hallazgo a una profunda decepción nada más sonar los últimos acordes musicales.

El informe del teniente Martínez lo expresaba de forma muy clara: Este sometimiento subjetivo (del robot) provocará estados de frustración, al no poder llevar a buen término las búsquedas "redentoras" de lo que la máquina viene a considerar "sus iguales". (Ver Angelita IV)




En mi casa yo tengo un robot
que habla inglés y francés
y como me ve
que voy tan mosqueado
a mi me habla en caló

Vigila mi niña y hace compás
este robot es tan enrollao
este robot es tan enrollao

Ay! ¡que hasta canta por soleares!
ay! ¡no será no de Triana!
Y van diciendo por la calle

este robot
es Amador
este robot
es Amador

Mi niña lo ha tocao
le ha puesto loco y arte ha probao
por bulerias hemos bailao
ay! este robot tan enrollao
ay! por su gracia y su arte
ay! Amador lo hemos llamado
ay! cuando hay una fiesta
Se siente como un gitano más

Ay! un cubata de gasoil
Le tenemos que brindar

Rafael Amador: inspiración y locura a raudales


24 de enero de 2010

Las preguntas que me hacéis (V)

PREGUNTA: En la última entrega de Las preguntas que me hacéis nos confesaste que Angelita nació alrededor de 1918. Eso quiere decir que ahora tendrá unos noventa y tantos años. O puede que esté… ¡muerta! ¿Angelita ha muerto?

La muerte despierta a Angelita en plena madrugada, interrumpiendo un sabroso sueño erótico

RESPUESTA: Perdona que no responda a esta pregunta; es mejor no adelantar acontecimientos. Pero es cierto que Angelita pertenece al pasado, como el robot.

PREGUNTA: Al robot le caen los marrones uno detrás de otro. Todos tememos que se meta en un lío de verdad y acabe mal. O que las autoridades vayan a por él y lo desguacen...
RESPUESTA: El robot va de mal en peor. No me extraña que el pobre ande tan despistado en estos tiempos que corren. Bueno, la verdad es que nunca se ha enterado de nada. Así le ha ido.

A-03 debe de tener unos setenta años (fue puesto en marcha en 1941), y su vida media está calculada en torno a los doscientos años. El A-03 ya ha sufrido varias reprogramaciones, cambios de piezas (en especial todo el sistema automotor), etc. No creo que dure mucho más de cien años, y no sé cómo acabará, porque está realmente para el desguace.

Pérez Villegas vigila a Angelita, quien a su vez vigila al robot

Por otro lado, el problema del robot es su propia existencia. No debería existir. Las autoridades lo mantienen como material valioso para los técnicos de laboratorio del Ministerio de Defensa, pero estos proyectos tecnológicos no suelen durar eternamente. Cuando se acabe el presupuesto, el robot se irá a la mierda.


17 de enero de 2010

El metablog


Angelita recibió quejas de Blogger por las interferencias que el robot ocasionaba en la red.

Yo, que soy el robot, me aficioné a los blogs hace relativamente poco, en noviembre de 2009, y desde entonces he querido participar en este mundillo, pero reconozco que me ha salido de la peor forma posible: causando problemas.

Mi propio blog se quedó con el contador de visitas parado en el número 3003 durante más de un mes, fue increíble. Y yo sin poder evitarlo.

Este blog se quedó con el contador detenido en el número 3003 durante más de un mes.

En el blog impulsos materiales, del que soy seguidor incondicional, a veces aparece este mismo número en cualquier momento. Y así todo. Reconozco que soy culpable.

El contador de visitas de impulsos materiales sufriendo las interferencias del 3003.

Claro, todo esto ha provocado diversas quejas en Blogger:

Ahora bien, ¡me gustaría saber quién ha sido el chivato!


12 de enero de 2010

Las preguntas que me hacéis (IV)


PREGUNTA: Muchos lectores y seguidores se preguntan por un personaje realmente intrigante: Angelita. Angelita es como un fantasma: aparece, desaparece, habla de cosas raras... ¿Quién es realmente Angelita?

RESPUESTA: No puedo ofrecer muchos datos fiables sobre Angelita, porque llevó una vida complicada, viajó mucho, y los propios gobiernos franquistas se encargaron de ocultar datos.

Nació en Cádiz, en Arcos de la Frontera, entre 1915 y 1918. En el primer capítulo de Hazañas bélicas se la describe como "una andaluza guapetona y algo farota". Aparte de eso y de la foto que consta en el archivo de protocolo del Ministerio de Defensa en Madrid, que está fechada en 1951 aproximadamente, no tenemos ningún dato más sobre su apariencia física.

Única foto conocida de Angelita, tomada tras su intervención como espía en la Segunda Guerra Mundial

Parece ser que pasó parte de su infancia y adolescencia como sirviente, o como tutelada, con una familia alemana muy rica afincada en Trebujena que allí tenían explotaciones agrícolas y negocios. Ellos le enseñaron a hablar y a escribir perfectamente en alemán, y a defenderse bastante bien en inglés. Dicen que era una niña inteligente y despierta.

No tenemos más datos de Angelita hasta 1936, en la que una declaración judicial la sitúa en la provincia de Madrid, cuando mataron a José Calvo Sotelo, el líder del partido Renovación Española. Angelita tenía contactos con algunos activistas de la Falange, y aparece citada como testigo en unos altercados ocurridos en la vía pública en Colmenar el Viejo al día siguiente de la muerte del dirigente político. Entre los imputados figuraban algunos jóvenes falangistas amigos de Angelita, que llegarían a ser poco después grandes líderes del Movimiento.

También sabemos que mantuvo contactos en la capital con jóvenes de otros partidos de derechas y con algunos religiosos.

José Calvo Sotelo, asesinado en 1936

No hay ningún otro dato de nuestra heroína hasta 1938, en plena guerra civil, en la que aparece en Burgos, en el Convento de las Esclavas de María, dando clases de inglés a un pequeño grupo de niñas de la capital castellana. Sin duda, Angelita pasó a trabajar de forma paralela como espía ya en el primer Gobierno de Burgos, porque en una carta enviada a una religiosa de la misma orden en Toledo, en marzo del 38, se vanagloria de haber conocido en persona al general Gómez Jordana, que fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores en este primer gobierno.

Angelita siempre mantuvo contactos al más alto nivel:
Primer gobierno del general Franco. Burgos, 30 de enero de 1938.

Volvemos a encontrar un gran vacío de datos, y no sabemos nada de ella hasta que no aparece en las misones que la Congregación de las Esclavas de María tenían en Al-Kufrah, al sudeste de Libia, en 1942, durante la Segunda Guerra Mundial. En el recuento de personal y enseres que la Madre Superiora llevaba a cabo en sus libros aparece mencionada en numerosas ocasiones.

El resto ya es conocido por todos, más o menos. Vuelve a Madrid en 1951, viaja por toda la península en coche y en tren, y acaba recalando en Sevilla. Desde 1953 tiene encomendada como misión custodiar y vigilar al robot 30 A-03.

PREGUNTA: En la entrevista que Angelita mantiene con un tal Pérez Villegas, éste la llama "Consuelo" ¿Cuál es el verdadero nombre de Angelita?
RESPUESTA: Se llama realmente Consuelo Márquez Lagares. "Angelita" es el nombre en clave que le asignaron los del incipiente Ministerio de Asuntos Exteriores de entonces, cuando la enviaron a Libia, y con él se ha quedado. Nadie la llama Consuelo.

Antonio Pérez Villegas nos descubrió el verdadero nombre de "Angelita"

PREGUNTA: Tampoco se entienden muy bien los cambios de tiempo. Angelita pertenece al pasado, pero el robot es actual. ¿Por qué se producen estos saltos en el tiempo?
RESPUESTA: Son errores producidos por el robot. Procesa datos del pasado como si fueran actuales. No podemos olvidar que este blog es del robot, y que está lleno de errores de este tipo; a mí sólo me deja intervenir en esta sección.

Lo que le ocurre al robot es que procesa ahora, recién estrenado 2010, informes y hechos que ocurrieron en la posguerra. Los mezcla con situaciones reales actuales, y nos lo ofrece como a él le parece bien a través de este blog. Un auténtico caos.

Gráficos Deisseroth de los impulsos centrales de la Unidad 30 A-03,
en los que se detectaron trastornos de "personalidad"

Este problema de "asincronías" en el acceso a la corriente de datos del procesador central está perfectamente analizado y documentado por el profesor de Bioingeniería Karl Deisseroth, en su estudio Escape behavior elicited by single channelrhodopsin-2-evoked spikes in somatosensory neurons, publicado por la Universidad de Stanford en 1986.

El profesor Karl Deisseroth

PREGUNTA: ¿Angelita tiene perro?
RESPUESTA: Yo creo que le habría gustado tenerlo, pero no lo tenía nada fácil con el tipo de vida que le tocó vivir: una mujer sola, en un periodo lleno de guerras y sufrimientos, viajando constantemente... no podía permitirse tener un perro. Pero seguro que si alguna vez se encontró algún chucho en un campamento libio, o por el desierto egipcio, lo acogió y cuidó como propio. Angelita no hubiera desperdiciado esa ocasión de sentir algo de compañía y cariño -aunque fuera la de un perro- en aquel mundo violento y machista.