5 de mayo de 2010

Carteles explícitos

Sucede que en Marruecos todavía hay mucho analfabetismo entre la población adulta, en especial entre la mujer rural, que en un sesenta por ciento no sabe leer ni escribir, ni conoce el árabe clásico ni el francés. De modo que los comerciantes se las tienen que ingeniar para publicitar sus productos de forma que los mensajes lleguen a las amas de casa, sepan leer o no. Y lo hacen como se ha hecho toda la vida: mediante el uso de la imagen.

A continuación os voy a mostrar un buen ejemplo de todo esto: un puesto ambulante en el zoco de Rissani. En la foto podemos ver que venden pescado (con pimientos y limón opcionales), harera, té y refrescos. Para comprar algo no hace falta saber idiomas: hay que señalar claramente el dibujo del producto requerido indicando con los dedos la cantidad deseada. Y funciona.


Puesto ambulante en el zoco de Er-Rissani.

- La mayoría de estas mujeres sólo se comunican usando dialectos bereberes y no tienen ni idea de leer o escribir. Se encuentran muy limitadas en ese sentido - explicó al punto Pedro, sin que nadie le hubiera dado vela en aquel iconográfico entierro.

- Este tío empieza a caerme gordo -, me susurró al oído Manolo.

- En Morroco mucho burro y poco curro. Gente ve carteles y sabe lo que hay - dijo Said en un castellano horrible, pero que a todos nos pareció tan explícito como los carteles.

Si observamos la siguiente foto podremos entender claramente lo que quiso decir Said el chófer. Esta verdadera joya de la cartelería popular no necesita comentarios. Si acaso, reseñar el cambio de teléfono perfectamente resuelto y nada más.

Instalador de gas autorizado en Bhalil.

- Es la sabiduría popular, no hay duda. La imagen es un lenguaje que todos entienden - aprovechó para apostillar el impertinente Pedro.

Recorríamos un terreno bastante agreste por la zona de Kandar, y Manolo parecía empezar a cansarse de las explicaciones del locuaz compañero. Resoplaba mientras miraba hacia fuera por la ventanilla. Al doblar una curva, nos encontramos de frente con un portal rodeado de una alta tapia. Sobre la puerta se veía el siguiente cartel:


En el rostro de Manolo se reflejaba la tensión interior. No pudo contenerse más y le espetó:

- Anda, tío listo, ¿y éste? ¿Por qué no nos dices lo que significa este cartel?