5 de octubre de 2011

El lado más bestia de la vida



Albert Pla: El lado más bestia de la vida (Lou Reed)


Manolo era todo un macho de pelo en pecho
pero estaba algo cansado,
estaba harto de su sexo...
Así que se afeitó y se depiló,
y ahora Manolo es toda una mujer
desde que va por el lado de la vida más salvaje
—Sí, Manoli—
por el lado más salvaje de la vida.

Natalia era un poco pija, divertida y sin manías
sus amantes mantenían
su pisito de estudiante
pero eso sí,
era muy decente sus clientes eran ricos,
finos y elegantes,
y así sobrevive,
por el lado más salvaje de la vida.
—Sí, Natalia—
por el lado más bestia de la vida.

Jaimito el camellito
nunca dio nada,
ni un toque por aquí,
ni un toque por allá,
si te quieres flipar
hay que pagar.
Y es que en esta ciudad
ya no hay nadie que nos diga
—Hey amigo,
¿Te vienes a dar una vuelta conmigo?
Hey Jaimito—.

Aurelio se fue del pueblo
voy a comerme el mundo
era un poquito palurdo, campechano y aburrido
y si ahora lo vieras
en la discoteca
qué marcha lleva.
Venga, venga, venga
bailando por el lado más bestia
—Sí, el Aurelio—
por la pista más bestia de la vida.

María iba a mil por hora
iba muy deprisa.
Cuanto más ciega se ponía
más a gusto se sentía
acabo con ella una taquicardia.
Y su mejor amiga ya me lo decía:
Es que María iba por el lado más bestia de la vida.
Sus amigas le decían:
Vas por el lado más bestia de la vida.

(¡Gracias, Marta!)