9 de septiembre de 2011

Apoteosis del bajista de los Pony Bravo (o Los que nos movemos somos nosotros)

"No sé muy bien cómo explicarlo, pero cuando te desplazas, de alguna manera ese movimiento hacia algo te desestructura"

( Muriel Barbery: La elegancia del erizo)


Seguro que también vosotros lo habéis notado en alguna ocasión: de repente parece que el mundo se ha movido a vuestro alrededor, como que todo se ha desplazado un poco y ahora las cosas ya no encajan.

Os cuento lo que me ocurrió en un concierto de Fiera, que vino a ser un acto reivindicativo del bajista de Pony Bravo, cosa que yo no sabía cuando entré en el Nocturama y que después comprendí perfectamente, porque está claro que un pony embravecido es una fiera, con sus cortas patitas y su larga crin al viento.


Pero bueno, a lo que iba: que de repente el mundo se movió y ya nada encajaba en su sitio. Terror, terror.

Ya en la taquilla me di cuenta de que algo no iba bien: Mientras me sacaba la cartera para pagar la entrada, a mi lado otro usuario preguntaba si el concierto era de jazz.

- Es más bien de rock experimental, - le contestó el portero amablemente.
- Pues ¿hoy no tocaba un grupo de jazz?
- Ya le digo que no; es un grupo de aquí pero un poco raro, - insistió el empleado.
Confundido, el hombre dio media vuelta y se marchó sin volver la mirada. Algo no va bien, pensé.

En el escenario, los muchachos Fiera aporrean instrumentos raros. Chapas cuidadosamente dobladas, tubos corrugados y hasta una paellera de dos raciones sonaban a compás, mientras el cantante, instalado frente a una especie de anafre pinchitero, arrugaba el hocico.

Como las noches en Sevilla dan sed, me fui a la barra a pedir una cerveza. A mi lado, otro tipo sudaba para hacerse entender:

- Me pone dos cervezas y un sandwich de pollo.
- Sólo tenemos tortilla y ensaladilla.
- ¿No tienen cerveza?
- Sí, claro. Me refiero a que de comer sólo queda tortilla y ensaladilla.
- Póngame entonces dos cervezas.
- ¿Y de comer?
- ¿Sandwich de pollo?
- Sólo queda tortilla y ensaladilla.
- Y… Dos cervezas.
- ¿Algo más?
- ¿Tiene tortilla?

Vuelvo al patio y me echo a temblar cuando descubro que Luis no está. ¿Se lo habrá tragado la tierra en su raro desplazamiento? Instantes después, Luis vuelve del baño con cara de satisfacción. Cuando uno va al baño y hace lo que tiene que hacer, siempre vuelve con cara de satisfacción. Sonriente, Luis eleva su mirada por encima de la tapia del patio y entonces comprendo lo que ocurre:

- Cuando me fui a mear, la luna no estaba ahí. ¿Quién se ha movido, la luna o nosotros?
- Se ha movido el mundo, Luis. No sé cómo ni por qué, pero el mundo se ha desplazado un poco y ahora nada encaja, ni siquiera la luna. Todo se ha salido de madre.
- ¿Y nosotros?
- Desplazados también.



Fiera: Déjese llevar

Dedicado a Luis (Flor)