14 de junio de 2011

Limbo Robot: Conexión a "la madre"

Cuando el profesor Ralf Vohwinkel se dispuso a reiniciar la unidad central de memoria del 3003, el robot había quedado reducido a una serie de procesadores informáticos conectados todos ellos a una placa central a la que llamaban "la madre".

El técnico alemán había sido discípulo del eminente doctor Karl Deisseroth en la Universidad de Heidelberg, por lo que estaba más acostumbrado a estudiar la naturaleza de los tejidos neuronales y su aplicación cibernética que a resolver problemas biomecánicos, como era el caso. A pesar de todo, hizo una labor encomiable que permitió acceder a los datos todavía almacenados en la memoria central del siniestrado robot 3003 y facilitar su reprogramación.


Conexión a "la madre"

Mientras salvaban los datos del robot en unidades de almacenamiento seguras, ninguno de los técnicos presentes en la sala de operaciones de Tablada se preguntó qué podría estar pasando "por dentro" del robot; hasta qué punto el robot era consciente de su virtual renacer. Al menos ninguno de ellos se atrevió a exponer esta impertinente cuestión de una forma clara sobre la mesa.

Una vez puestos a salvo los valiosos datos de la memoria del robot, el profesor Vohwinkel y su equipo se dispusieron a reprogramar la Unidad 30 - A03 para realizar nuevas tareas administrativas dentro del Centro de Comunicaciones del aeródromo. Las consignas que convenían al Régimen eran recibidas por el robot "a su manera", sin que nadie se diera cuenta de aquella anomalía en la recepción de los datos.

Grrrrrrrrrrrr...


"Los abogados militares dicen que los robots obedecemos órdenes, por tanto no hay prohibiciones para que tomemos decisiones de vida o muerte".


Grrrrrrrrrrrr...

"A los robots no nos entra hambre. No tenemos miedo. No olvidamos las órdenes. No nos importa si un compañero acaba de recibir un disparo".


Grrrrrrrrrrrr...

"Hoy día 3003 es de los pocos robots realmente útiles para las Fuerzas Armadas".


Grrrrrrrrrrrr...
¡clic!