
Los microprocesadores del 3003 conectados a "la madre" captaban aquellas conversaciones y las registraba en las unidades de almacenamiento "a su manera", como venía ocurriendo durante todo el delicado proceso de reprogramación del robot:
Grrrrrrrrrrrr...
Grrrrrrrrrrrr...
"...Que no me pongan piernas tipo spider, por favor. Son muy versátiles, pero quedan horribles".
Grrrrrrrrrrrr...
"¡Ya iba siendo hora de que estos malditos franquistas trasnochados me concedieran el look cibernético que merezco!"
Grrrrrrrrrrrr... ¡clic!
Grrrrrrrrrrrr...
Grrrrrrrrrrrr...

Grrrrrrrrrrrr...

Grrrrrrrrrrrr... ¡clic!